sábado, 28 de abril de 2012
Programa de radio "Conoce Mi Mundo" por la emisora cultural de Caracas 97.7 FM
Programa Sobrevivir en el programa radial Conoce Mi Mundo por la emisora cultural de Caracas 97.7 FM
miércoles, 11 de abril de 2012
Es vital estar informados sobre el cáncer de nuestro hijo/a
PRESENTACIÓN
En este post habo sobre un elemento
clave: la información. Estar bien informados reduce nuestra angustia, nos
permite tomar mejores decisiones, nos da herramientas y elementos para hablar
con el personal médico y a demás, nos ofrece maneras de conversar con nuestro
hijo o hija, ofrecerle datos sobre lo que le sucede y ayudarlo a sentirse
dueño de su proceso.
Es el post Nro. 2 de los 7 que
estarán dedicados a cómo armar un Plan de Acción para hacerle frente al
cáncer.
¡Espero que les sirva de apoyo!
|
Querida mamá:
Una de las cosas que ha sido más útil para mí en los
momentos más difíciles, es saber qué está pasando con la salud de mi hijo. Eso
me ha permitido, tomar mejores decisiones, cuidarlo mejor y también explicarle con
claridad lo que sucede cuando me hace preguntas sobre su situación.
A veces nos puede parecer que es mejor no saber tanto
y ponernos en manos de los que saben, sean éstos médicos, psicólogos,
orientadores, hematólogos, bioanalistas, etc. Esta es una forma válida de asumir el proceso
de tratamiento. Pero a partir de mi
experiencia puedo decirte que saber más, me ha dado la oportunidad de ser parte
activa del tratamiento, de hablar con mis médicos y discutir opciones, de
evaluarlas y hacerme responsables por las decisiones tomadas. De esa experiencia quisiera hablarles para
que ustedes puedan decidir hasta qué punto quieren informarse, hasta qué punto
quieren informar a sus hijos e hijas de la situación y cuáles son las ventajas de manejar información.
De qué me sirve saber sobre el cáncer
Leer sobre el cáncer a veces puede
resultar doloroso, triste y desalentador. Sin embargo, este proceso también
puede ser muy enriquecedor para nosotros como padres y para nuestros hijos e
hijas. Cuando la oncóloga de mi hijo decía una palabra que desconocía, esto me llenaba de una tremenda angustia,
pues pensaba que podía ser “otra cosa mala”. Por eso decidí anotar cada nuevo
término nuevo y buscarlo, comprenderlo y así poder decidir qué hacer y qué no
hacer.
Estar informadas puede salvarle la vida
a nuestro hijo e hija, literalmente y les cuento por qué: después de la primera
quimioterapia de mi hijo, yo no sabía (y nadie me dijo) que él entraría en una
fase de neutropenia (disminución de granulocitos
en la sangre que predispone al cuerpo a contraer infecciones y puede ser fatal.
Es causada por la quimioterapia) y que se quedaría sin defensas. Así, un día
después de la quimioterapia, decidimos ir al cine sin tapabocas y sin ninguna
medida o previsión. Por supuesto, estando con las defensas en cero, pescó de
inmediato una infección y le dio fiebre muy alta. Hubo que hospitalizarlo de
nuevo y se vio muy mal. Ese día me di cuenta de que mi hijo podía haber muerto de esa infección
por mi ignorancia; y también me di cuenta de que hay demasiada información importante
que nadie nos daría, por torpeza, por descuido, por falta de tiempo, etc; y que
esa información podía ser vital. Así que
decidí comenzar a aprender sobre el cáncer, todo lo que fuese posible aprender.
Entonces lo primero que debemos saber es
que saber sobre el cáncer nos permite darle mejor atención y mejores
cuidados a nuestro hijo o hija.
De igual forma, muchas veces los médicos
o el personal de salud nos hará consultas sobre el tratamiento o nos dará
información sobre el mismo y si no estamos suficientemente bien informados nos
puede pasar que: no sepamos que decir y le dejemos la responsabilidad de
decidir al médico o no sepamos de qué está hablando y le diremos que estamos de
acuerdo sin saber a qué se refería. Ambas situaciones son
un riesgo, porque somos nosotras, las familias, las primeras en ser consultadas y
las primeras en decidir sobre lo que consideramos más conveniente para nuestro
hijo o hija, de acuerdo a su carácter, madurez, etc.
En este caso, saber sobre el cáncer
nos ayuda a tomar mejores decisiones, a poder entender de qué hablan los
médicos o especialistas y a plantearle nuestras opciones.
Dónde y qué información buscar
Actualmente hay demasiada información
disponible acerca de cualquier tema, incluso de salud y sobre cáncer. Hay miles
de páginas en internet, libros, folletos, revistas, etc. Internet es una fuente
verdaderamente rica de información, pero tenemos que aprender a buscar para no
perdernos y para no angustiarnos con lo que consigamos.
En mi caso, por ejemplo, conseguí en
internet un informe médico que decía que
el 60% de los casos de niños con tumor de Ewing morían al menos 5 años después
de su primer diagnostico y que las metástasis aparecían en el 80% de los casos.
Fue devastador. Luego me di cuenta de que esta información no estaba
actualizada y no pertenecía a un equipo médico, sino que eran datos aislados de
un hospital de México. La primera
lección que aprendí es que no toda la información que consigo es útil y
mucha hay que descartarla.
Una buena opción, que en mi situación me ha
servido mucho, es identificar claramente qué cosas quiero saber. Buscar términos precisos: estadísticas
concretas, tipos de tratamiento, información sobre los efectos secundarios de
un determinado medicamento, cómo manejar las emociones del niño o niña, cómo
hablar con ellos acerca del cáncer, etc. Acotar la búsqueda es muy importante.
Y esto nos permite hacerla por partes, buscar primero una información, luego
otra y así ir construyendo paso a paso lo que necesitamos saber.
Además de internet, tenemos otras
fuentes importantes de información. Por ejemplo, otras personas que hayan pasado
por un tratamiento de cáncer o personal de salud: médicos, enfermeras,
bioanalistas, radiólogos, etc. Si tenemos posibilidad de conseguir una
entrevista con estas personas, es de
mucha utilidad llevar un listado de preguntas preparadas ya que por lo general
el personal de salud está muy ocupado y nos pueden dedicar un tiempo limitado. Igualmente podemos recurrir a libros
especializados, que hablen sobre el cáncer los cuales podemos conseguir en
librerías y en bibliotecas públicas. En
el caso de las bibliotecas, tenemos que tomar en cuenta que muchas veces se trata
de libros muy especializados cuya información no es clara para nosotros.
Otro aspecto importante es siempre
preguntar. Aunque una duda parezca muy
tonta, debemos aclararla. No podemos olvidar que lo que está en juego es la
salud de nuestro hijo o hija.
Todo lo que vayamos aprendiendo, lo debemos anotar en el cuaderno que mencionamos en el post anterior. Por eso debemos cargarlo a todas partes y anotar o engrapar en él las hojas con información o folletos que nos parezcan útiles.
Recuerda entonces...
-
Tomar nota. Disponer de un cuaderno o libreta en la cual
podamos anotar: las palanbras que nos resulten desconocidas, los términos que
no sabemos, las preguntas que tenemos, las preguntas que nos hacen nuestros
hijos e hijas y no sabemos responder, etc;
-
Si tenemos una duda, preguntar siempre a nuestro oncólogo o especialista, por pequeña
que esta parezca. Tener más información nos permitirá brindarle mejor atención
y cuidados a nuestro hijo o hija
-
Conocer y aprender acerca del cáncer nos
permitirá tomar mejores decisiones y llegar a acuerdos con nuestros médicos y
especialistas.
-
Identificar claramente la o las
informaciones que buscamos.
-
Buscar priemro una cosa y después de
conseguirla, pasar a la otra. Esto nos
permitirá ubicar la información de una mejor manera en nuestro cuaderno e
incluos compartirla luego con otros miembros de la familia.
¡Un
abrazo y mucha fuerza!
viernes, 6 de abril de 2012
Reconocer al Cáncer y los cambios que ha traído a nuestra vida
PRESENTACIÓN
Esta entrada habla sobre el proceso de aceptar que tenemos un hijo/a que ha sido diagnosticado con cáncer. Esto es algo que nadie espera y por lo tanto suele ser doloroso y muy desalentador. Relato lo mucho que me ayudó aceptar que el cáncer es ahora parte de nuestra vida y cómo manejé los aspectos que se derivan de este proceso de aceptación. Es el post Nro. 1 de los 7 que estarán dedicados a cómo armar un Plan de Acción para hacerle frente al cáncer.¡Espero que les sirva de apoyo! |
Querida mamá:
Cuando alguien me
pregunta cómo me siento o cómo reaccioné cuando me enteré que mi hijo tenía
cáncer, les cuento la sensación que tuve. Cada día, después de tener los resultados del
diagnostico, cuando estábamos en esa primera etapa en la que hay exámenes,
visitas a médicos, hospitales, clínicas, laboratorios; pensaba que una nave de
otra dimensión, me había tomado de mi vida actual y a modo de experimento, me
había puesto a vivir una vida que no era la mía. Tenía la sensación de que me habían
secuestrado. Yo quería estar llevando a
mi hijo al colegio, irme a mi trabajo, llevarlo a sus clases de guitarra, de
inglés, ir a hacer ejercicios por las tardes, como lo hacía normalmente, pero no podía. Tenía que atender una situación que no sabía
de dónde había salido, que no planifiqué y que por supuesto, nunca pensé que me
pasaría. Era frustrante y a la vez, doloroso. Tenía mucho miedo de lo que
le podía pasar a mi pequeño, de que le doliera el tratamiento, de que lo afectara físicamente
y de que sufriera.
Pero pronto me di cuenta
de que lo mejor que podía hacer, era aceptar la situación. Sí era mi vida, no era un secuestro. Era la vida con sus volteretas que me había
puesto allí. Sí se había trastocado todo. Ya no podía ir a trabajar a diario, ya mi hijo
no iría más a clases de guitarra, ni de inglés, ni podíamos ir a la playa, etc.
Y les voy a contar por qué me ayudó el hecho de asumir que el cáncer había
cambiado nuestras vidas, a pesar de lo terrible que es.
El proceso de aceptar
algo que no deseamos
Hubo
dos momentos significativos para lograr la aceptación. El primero de ellos fue reconocer que tenía
mucha rabia, tristeza y desconsolación por saber que mi hijo tenía cáncer. Aceptar
que no quería vivir aquella vida, que me sentía mal por eso y que
definitivamente no entendía por qué nos sucedía. Fue muy importante reconocer de manera
consciente que mi vida y la de mi hijo había cambiado y que no me gustaba la “nueva
vida”. Luego, el segundo momento y el más
útil, fue darme cuenta de que ni la rabia, ni la tristeza, ni la desconsolación
hacían cambiar la situación. Lamentarme,
llorar y sentirme triste durante las primeras dos semanas no cambió nada. Así
que fue muy importante aceptar que toda mi vida había cambiado.
Muchas
personas que he conocido durante el proceso de tratamiento del cáncer de mi
hijo, muchas madres, usan nombres extraños para llamar al tumor o al cáncer, de
manera tal de quitarle ese enorme y nefasto peso que tiene la palabra cáncer. Le dicen “el monstruo”, “la cosa”, “el bicho”,
etc. Eso puede ayudar a aceptarlo y también ayuda a que nuestros hijos/as sepan
que tienen un enemigo con el cual van a luchar. Esto incluso puede ayudar en el
proceso de visualizaciones –si deciden hacerlas- para que los niños/as puedan
visualizar su proceso de sanación haciéndole frente a un ente concreto.
En
mi caso, por ejemplo, por tratarse de un tumor de Askin (de la familia de
tumores de Ewing) lo llamamos Sr. Askin y cuando operaron a mi hijo para
extraer el tumor, incluso le hicimos una despedida porque, junto al tumor, a mi
hijo le sacaron dos costillas. Despedimos las costillas y le mandamos a Askin
un claro mensaje: gracias por la visita, pero no te queremos más por acá. Esto para mi hijo fue muy liberador y además,
el aspecto lúdico, el juego de ponerle un nombre al cáncer y de despedirnos de él
y de sus costillas, tuvo repercusiones muy positivas pues no fue traumático, ni
doloroso, ni terrible el hecho de perder dos costillas. Hicimos dibujos para
combatir a Askin, luchamos contra él en videojuegos, con títeres, etc. Si no lo hubiese aceptado, no hubiese sido posible ni siquiera hablar de él. Aceptarlo y tenerlo a la vista, ayuda a combatirlo.
Asumir los cambios y
tomar decisiones
Después de aceptar que
mi hijo tenía un tumor cancerígeno y que nuestra vida había cambiado, me di cuenta
que debía comenzar a tomar decisiones. Lo primero que hice fue informar en mi
trabajo de manera formal lo que me estaba sucediendo y solicitar un permiso
especial para tener un mes de preparativos, dadas todas miles de las diligencias que debía
hacer. Luego, hice un plan para: hablar
con la maestra del colegio, la maestra de la escuela de música, el profesor de
guitarra y el profesor de inglés. Con la primera acordé un régimen de tareas
para la casa, durante el primer mes, de manera tal que mi hijo no perdiera el
ritmo de estudio y además para evaluar si iba a ser conveniente o no que dejara
la escuela hasta terminar el tratamiento.
Luego, me di cuenta que dejar la escuela no debe ser una opción pero
hablaré de esto posteriormente.
Lamentablemente en las
clases de música y de guitarra no pudo continuar, pues por tratarse de una
escuela pública, no aceptaban ninguna negociación más allá de la asistencia
formal y la presentación de exámenes. Aunque
esto fue muy desalentador, lo asumí y lo resolví. No más clases de música ni de guitarra, por una etapa. Luego las retomaríamos. Esto fue un mensaje claro para mi hijo: esta situación es temporal, quizás dure un año, o dos o cinco pero vamos a salir de ella y al terminar, volverás a tus clases de guitarra y de música.
Con las clases de inglés, pasó algo muy hermoso: él decidió regalarnos las clases en la casa que él llamó “la clase especial” y que en realidad se convirtieron
en sesiones de entretenimiento muy valiosas para mi hijo y por las cuales le
estaré eternamente agradecida. De inglés, creo que no aprendió nada, pero estuvo siempre muy feliz durante esa pequeña hora a la semana llena de risa que nuestro querido Humberto le regaló.
También compré un cuaderno de
notas y allí comencé a hacer una larga lista de médicos oncólogos pediatras en
la ciudad de Caracas. Tuve 6 citas con todos y cada uno de ellos, en servicios
públicos y privados. En una semana tenía
la decisión tomada de quién sería en oncólogo tratante. En ese cuaderno, anotaba todas y cada una de
las palabras que los oncólogos decían y que yo desconocía por completo. Términos como “leucopenia”, “neutropenia”, “estimulantes
de colonias”, completamente ajenos a mi léxico diario y que hoy me son
completamente familiares. Aunque parezca loco: el cáncer
puede darnos una oportunidad para aprender muchas cosas, de conocer mucha
gente maravillosa, de valorar mejor la vida que tenemos, de ver las
situaciones que otros tienen y de comprender que cuando se tiene un hijo con cáncer
no vale de nada si eres ama de casa o profesional, si tienes dinero o no lo tienes,
si tienes 28 ó 50 años. Lo que puede hacer la diferencia es
que asumas que lo tienes, asumas que tu vida y la de tu hijo ha cambiado, que
aceptes que el cáncer es una nueva condición pero que no va a dominar tu vida y que tomes acciones para que seas tú y tu hijo/a quienes dominen el escenario.
Si no asumes esto, cada
vez que recuerdes que tu hijo/a tiene cáncer,
te sentirás mal y la situación puede afectarte y afectar a tu hijo/a más de lo
debido. El poder de la situación puede atraparte y no dejarte actuar.
Entonces...
Te invito a tomar las
riendas. A planificar tu vida de ahora
en adelante, sabiendo que muchas cosas van a cambiar y que aunque no sea fácil,
es posible salir adelante y ayudar a tu hijo/a a SOBREVIVIR.
En resumen:
-
Acepta
que tu vida y la de tu hijo/a ha cambiado.
- Si
quieres ponle un nombre a la enfermedad. Si es un tumor, un linfoma o una
leucemia, identifícalo claramente y ayuda a que tu hijo /a lo visualice y luche
contra él. Puedes también llamarlo “cáncer” pero déjale claro a tu hijo/a que ahora
es “parte de” sus vidas pero no es sus vidas. Y que vino, pero pronto se irá.
- Toma
las acciones y decisiones que consideres necesarias para que este cambio afecte
lo menos posible TODA tu vida. En tu trabajo, en la escuela, en la familia...
- Domina
la situación, muéstrate confiada para que tu hijo/a se sienta tranquilo en que
puede SOBREVIVIR.
- Compra
un cuaderno y toma nota de todo lo que sea nuevo, lo que temas, lo que no
entiendes, lo que quisieras hacer e incluso de lo que harán, cuando todo termine y él o ella esté sano de nuevo.
En los siguientes post voy a describir sobre buscar
información. La información es clave y será de gran ayuda para ti y para tu
hijo/a...
¡Un abrazo y mucha fuerza!
viernes, 30 de marzo de 2012
PRIMERAS EMOCIONES TRAS EL DIAGNÓSTICO
PRESENTACIÓN
Esta entrada aborda
lo relacionado con las primeras emociones de las madres, padres, familiares
del niño o niña que ha sido diagnosticado con cáncer. Relato mi propia experiencia al conocer que
mi hijo tenía cáncer. Espero que pueda
orientar nuestras preocupaciones iniciales y el stress que se genera en el
entorno familiar al conocer la nueva situación.
Es el primero de varios post que van a ayudarte a armar un Plan de Acción para hacerle frente al cáncer.
¡Espero que les sirva de
apoyo!
|
Querida
mamá:
Cuando
supe que mi hijo tenía cáncer, el mundo también se me vino abajo.
No esperaba un diagnóstico
como este y por eso me resultó muy doloroso:
Me invadió una profunda tristeza, mucha rabia y desconsolación. No entendía por qué me estaba pasando esto.
Me invadió una profunda tristeza, mucha rabia y desconsolación. No entendía por qué me estaba pasando esto.
Pero hoy en día, después
de haber terminado el proceso con mi hijo, creo que aprendí algunas cosas que
fueron clave. Y veo aquellos primero momentos de otra manera.
Hoy quiero compartir
contigo lo que aprendí, con la esperanza de que puedan ayudarte a mantener el ánimo y no
rendirte jamás. El tratamiento del cáncer
se puede hacer largo y es una experiencia muy dura, pero es posible superarla e
incluso sacar buenas lecciones de ella. Cada persona vive las experiencias de vida de
manera distinta, pero muchas palabras de apoyo que recibí, muchos consejos e
información de experiencias de otros, me sirvieron para continuar y para ayudar
a mi hijo a comprender esto que nos sucedía. Por eso, hoy quiero compartir
estos aprendizajes. Espero que mis
palabras te ayuden.
A. A pesar de
todo, hay buenas noticias
Después
del diagnóstico, cuando ya hemos recibido la noticia de nuestro médico, pareciera
que estamos en una pesadilla. Yo recibí la noticia en el cine, viendo una película
infantil con mi hijo y mi esposo, y no podía parar de llorar. En silencio lloré
durante toda la película y luego lloré por un par de días más. Sólo me calmaba a ratos o cuando notaba que mi hijo podía darse cuenta de mi tristeza. De pronto me pregunté ¿por qué he llorado tanto? Descubrí dos cosas: lloraba
porque temía que mi hijo muriera y porque sin él nada de mi vida tendría sentido. Desde siempre, el
cáncer es una palabra fatal que nos lleva a pensar de inmediato en la muerte. También lloraba porque sabía que el
tratamiento para el cáncer es complicado y doloroso, porque presentía que la experiencia que se
aproximaba no iba a ser agradable ni para él
ni para mí.
Ambas
cosas son ciertas, pero investigando un poco encontré que antes de los años 50,
cuando un niño era diagnosticado con leucemia su promedio de vida era de 20
semanas, y únicamente 2% de ellos lograba sobrevivir más allá de 52 semanas. En
aquél momento, la noticia que nosotros hemos recibido sí tenía realmente
consecuencias fatales. Y esto se quedó en el imaginario de las personas. Por eso, mucha gente sigue creyendo que el diagnóstico de cáncer significa que la persona va a morir. Y eso no es así.
Hoy en día, las cosas son diferentes:
¡70% de los niños/as
diagnosticado con cáncer sobrevive!
Y muchos de ellos logran
llevar una vida completamente normal, incluso después de culminar sus
tratamientos. Esto es lo que debemos
pensar de ahora en adelante: nuestro hijo/a tiene un amplio margen de capacidad
para superar el cáncer (70%) y nuestra actitud lo puede ayudar a sentirse seguro,
confiado y tranquilo durante todo el tratamiento.
B. ¿Qué debemos
y podemos hacer?
Durante los días siguientes de enterarme del diagnóstico, me
percaté de que mi hijo se sentía muy intranquilo, nervioso y triste cuando yo
me sentía mal. Pero él se mostraba
tranquilo cuando yo encontraba serena. De
esta manera me propuse mantener la calma y tratar de dominar la situación, en
la medida de mis posibilidades.
Comencé
a buscar más y más información y conseguí un libro que fue muy inspirador y me dio
las claves para sentirme tranquila. Cuando
mi hijo me vio segura y determinada, él también se contagió de esa fuerza. Así que, querida mamá, lo primero que puedes
hacer es sentirte confiada en que debes dominar la situación para salir adelante.
El
libro del que hablo, se llama Cancer: guía total de Salud[1] y
contiene una serie de recomendaciones para pacientes con cáncer, bajo el
concepto de Paciente Activo. Pero su propuesta no incluye a los niños y
niñas. Por eso me tomé la libertad de
hacer unas adaptaciones a nuestra situación y son las que voy a compartir en
las próximas publicaciones del blog.
Básicamente, lo que hice fue lo siguiente:
- Aceptar que el cáncer había llegado y que eso iba a cambiar nuestras vidas.
- Buscar la mayor cantidad posible de información acerca del cáncer en general y sobre el tipo específico de cáncer que tenía mi hijo.
- Organizarme. Compré carpetas y un cuaderno para hacer todas las notas acerca de la nueva información, nombres de médicos, nuevos términos, etc.
- Buscar oncólogos y de todos los que visité (en total 6) seleccioné la que nos resultó más empática, clara y amable.
- Combatir la desesperanza y mantenerme tranquila y mantener a mi hijo tranquilo y esperanzado en que se sanaría.
- No autoculparme por lo que estaba sucediendo: deseché completamente de mi cabeza la idea de que el cáncer es un castigo o de que nos tocó vivir eso por algo que hice. Eso también se lo transmití a mi hijo con vehemencia.
- Usar la risa como terapia, inventé muchos chistes acerca de la situación, veía películas cómicas con mi hijo y trataba de hacer que él se riera de muchas cosas cotidianas o de que se sintiera feliz (haciendo cosas agradables o simplemente viendo comiquitas que le gustaran mucho o leyendo libros graciosos y de chistes)
¡Un abrazo y mucha fuerza!
miércoles, 28 de marzo de 2012
Guía de Intervención Psicosocial en adolescentes con cáncer
Les presentamos la Guía: Intervención psicosocial en adolescentes con cáncer que fue realizada por la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer.
Es un material completo y muy útil para comprender los cambios propios de la adolescencia que se suman a un diagnóstico oncológico, lo cual hace más compleja esta etapa. La Guía clarifica muy bien cómo podernos ayudarnos como padres y cómo podemos ayudarlos a ellos durante el tránsito por su tratamiento. Pueden descargar la guía aquí.
Es un material completo y muy útil para comprender los cambios propios de la adolescencia que se suman a un diagnóstico oncológico, lo cual hace más compleja esta etapa. La Guía clarifica muy bien cómo podernos ayudarnos como padres y cómo podemos ayudarlos a ellos durante el tránsito por su tratamiento. Pueden descargar la guía aquí.
domingo, 25 de marzo de 2012
Guía de Preguntas Básicas para nuestras primeras entrevistas médicas
PRESENTACIÓN
Esta guía de preguntas básicas del Programa Sobrevivir tiene como objetivo orientar a las madres y familias en las primeras consultas con los médicos tratantes, de manera tal que podamos obtener la mayor cantidad de información acerca de la evolución de nuestro hijo o hija en tratamiento contra el cáncer infantil. Esta guía tiene preguntas para madres de niños y niñas, con las particularidades de cada uno según su sexo. Aunque las diferencias son muy sutiles entre una y otra, cada uno tiene particularidades que quisimos tomar en consideración.
Esperamos sea de utilidad. |
Querida mamá:
Sabemos que este momento no es fácil. Sin embargo, una de las mejores cosas que podemos hacer las madres de un niño que ha sido diagnosticado con cáncer es tener información. Mientras mayor claridad tengamos acerca del proceso que vivirá nuestro hijo, será más fácil contribuir que todo salga bien. También si tenemos información, podemos ser un puente entre todo lo que nos dicen los médicos y enfermeras y las ideas y los pensamientos de nuestro hijo. Cuando ellos saben que entendemos lo que les sucede, se sienten más confiados y colaboran más en el proceso.
A esta guía, podemos agregarle todas las preguntas que tengamos y aunque nos parezca que algunas preguntas pueden ser tontas, tenemos que hacerlas porque de ese conocimiento depende la vida de nuestro hijo. Puedes usar esta guía en cualquier entrevista que tengas con los médicos, enfermeras o con otros especialistas que estén encargados del tratamiento de tu hijo. Y recuerda: no dejes de preguntar nada que te inquiete. La información es clave.
¡Mucha suerte!
PARA NIÑAS:
1. ¿Qué tipo de cáncer tiene mi hija?
2. ¿En qué fase se encuentra el cáncer?
3. ¿Cuál es exactamente su estado de salud en este momento?
4. ¿Cuál es el tratamiento estipulado en estos casos? (¿quimioterapia, radioterapia, cirugía, todos los anteriores, otros?
5. ¿Cuáles son los medicamentos y tratamientos que deberá recibir?
6. ¿Puede darme una guía del protocolo de atención que recibirá mi hija?
7. ¿Qué tiempo aproximadamente durará el tratamiento completo?
8. ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del tratamiento a corto plazo? ¿Perderá el cabello? ¿Tendrá nauseas, vómitos u otras manifestaciones físicas?
9. ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del tratamiento a largo plazo? ¿Quedará infértil, perderá algún miembro u órgano, le quedarán cicatrices?
10. ¿El tratamiento afectará su crecimiento o desarrollo? ¿Dejará de crecer?
11. ¿La niña recibirá su tratamiento de quimioterapia hospitalizado o ambulatorio?
12. ¿Cuáles son los cuidados que debe tener la niña después de recibir su quimioterapia?
13. ¿Cuándo la niña deberá usar tapabocas?
14. ¿Cuándo debo hacerle análisis de sangre?
15. ¿Por qué es importante que le haga análisis de sangre?
16. ¿ La niña puede recibir visitas?
17. ¿ La niña puede continuar yendo al colegio?
18. ¿ La niña debe cambiar su alimentación?
19. ¿ La niña puede correr, jugar o hacer actividad física?
20. ¿Qué debo hacer si la niña vomita?
21. ¿Qué debo hacer si la niña sangra?
22. ¿Qué debo hacer si la niña tiene dolor?
23. ¿Qué medicamentos puedo suministrarle a la niña si tiene dolor?
24. ¿Si ocurre una emergencia y la niña está en casa, dónde lo puedo localizar?
25. ¿Existe algún programa de apoyo psicológico para las madres, padres o familiares en el hospital?
26. ¿Cuál es el porcentaje de éxito (sobrevivencia) que tiene este tratamiento para mi hija?
27. ¿Qué pasa si la niña se desarrolla o tiene la menstruación durante el tratamiento?
28. ¿Existe algún lugar en el hospital o una ONG que done pelucas para niñas o adolescentes?
29. ¿Qué costo tendrá el tratamiento completo?
30. ¿Conoce usted alguna organización o fundación donde pueda canalizar ayudas económicas?
31. ¿Conoce usted alguna organización o fundación donde pueda conseguir insumos, prótesis u otro material que la niña pueda requerir en su tratamiento o después de este?
PARA NIÑOS:
1. ¿Qué tipo de cáncer tiene mi hijo?
2. ¿En qué fase se encuentra el cáncer?
3. ¿Cuál es exactamente su estado de salud en este momento?
4. ¿Cuál es el tratamiento estipulado en estos casos? (¿quimioterapia, radioterapia, cirugía, todos los anteriores, otros?
5. ¿Cuáles son los medicamentos y tratamientos que deberá recibir?
6. ¿Puede darme una guía del protocolo de atención que recibirá mi hijo?
7. ¿Qué tiempo aproximadamente durará el tratamiento completo?
8. ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del tratamiento a corto plazo? ¿Perderá el cabello? ¿Tendrá nauseas, vómitos u otras manifestaciones físicas?
9. ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios del tratamiento a largo plazo? ¿Perderá algún órgano, le quedarán cicatrices, quedará infértil?
10. ¿El tratamiento afectará su crecimiento o desarrollo? ¿Dejará de crecer?
11. ¿El niño recibirá su tratamiento de quimioterapia hospitalizado o ambulatorio?
12. ¿Cuáles son los cuidados que debe tener el niño después de recibir su quimioterapia?
13. ¿Cuándo el niño deberá usar tapabocas?
14. ¿Cuándo debo hacerle análisis de sangre?
15. ¿Por qué es importante que le haga análisis de sangre?
16. ¿El niño puede recibir visitas?
17. ¿El niño puede continuar yendo al colegio?
18. ¿El niño debe cambiar su alimentación?
19. ¿El niño puede correr, jugar o hacer actividad física?
20. ¿Qué debo hacer si el niño vomita?
21. ¿Qué debo hacer si el niño sangra?
22. ¿Qué debo hacer si el niño tiene dolor?
23. ¿Qué medicamentos puedo suministrarle al niño si tiene dolor?
24. ¿Si ocurre una emergencia y el niño está en casa, dónde lo puedo localizar?
25. ¿Existe algún programa de apoyo psicológico para las madres, padres o familiares en el hospital?
26. ¿Cuál es el porcentaje de éxito (sobrevivencia) que tiene este tratamiento para mi hijo?
27. ¿Qué costo tendrá el tratamiento completo?
28. ¿Conoce usted alguna organización o fundación donde pueda canalizar ayudas económicas?
29. ¿Conoce usted alguna organización o fundación donde pueda conseguir insumos, prótesis u otro material que la niña pueda requerir en su tratamiento o después de este?
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